domingo, 22 de noviembre de 2009

2. La Consagracion a Satanas


Algunas pruebas establecen claramente que las grandes estrellas del rock'n'roll han consagrado a Satanás libremente y por propia voluntad. De entre otros, se mencionan tres casos irrefutables: el de Alice Cooper, cuyo verdadero nombre es Vincent Fournier; su testimonio es más que elocuente: “Hace algunos años fui a una sesión de espiritismo donde Norman Buekley suplicó que el espíritu se hiciera oír. El espíritu se manifestó por fin y me habló. Me prometió, a mí y a mi grupo de música, la gloria, la dominación del mundo con la música rock y la riqueza en abundancia. Lo único que me pidió en cambio era entregarle mi cuerpo para que ese espíritu tomara posesión de mí. A cambio de la posesión de mi cuerpo, me hice célebre a través del mundo entero. Para hacer esto tomé el nombre con el cual “el” se había identificado en la sesión. Así pues, soy reconocido mundialmente. Ustedes ya conocen ese nombre Alice Cooper”. El segundo caso es el de Mick Jagger de los Rollings Stones, quien se consagró a Satanás bajo la influencia de dos brujas: Marianne Faithfuil y de Anit Pallenberg. El tercer caso es el de Ozzy Osbourne del grupo Black Sabbath, quien ha confesado que nunca ha compuesto una canción sin estar en estado de trance.

Teniendo esto en cuenta no es asombroso que se deje sentir una influencia demoniaca entre el auditorio bajo las formas que siguen:

- La irritabilidad

- El espíritu de rebelión

- Un lenguaje obsceno

- Propuestas blasfemas

- Tendencias suicidas

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